lunes, 10 de mayo de 2010

Mi miedo más terrible (Nirabeth Ovalles)

TU…

Mi conciencia y mi instinto me persiguen, pero el horror de perderte no disminuye.

El día en que Tú y Yo entramos al laberinto de deseo y pasión, me di cuenta de que la salida sería muy difícil y tempestuosa. Sería lo más atroz que podía depararme el destino. Pero la necesidad de vivirlo era aun mayor que el temor a las consecuencias.

Al transcurrir de los días iba sintiendo algo extraño q me unía lentamente a ti. Me mostrabas como eras y que querías, cosas extrañas que no entendía y me atraían. Entonces comprendí que tenía miedo, y me gustaba tenerlo, la ansiedad, el escalofríos, el vacio en el estomago. Recuerdo mi paso tembloroso, vacilante cada vez que me mirabas, cuando me hablabas, ese pronunciar de las palabras que no sabía si era seguro confiar en ellas, con seguridad me tocabas y mi cuerpo flotaba, como si fuera la fusión de dos sustancias gaseosas; una vapor de agua y la otra impuro gas venenoso y adormecedor que hacía de mí tu esclava. Dentro de aquel estado placentero iba el infierno personal que se instalaría en mi cabeza y corazón, un infierno que se confundía con el paraíso o tal vez lo era y yo no lo creía, la duda era quien me guiaba.

La noche memorable en que fui completamente tuya entro en mi algo que yo sabía que no saldría jamás. Sentí que otro ser se apoderaba de mi cuerpo, ha sido el principio de una vida que será tu vida. Desde entonces, cada uno de los instantes de que dispongo ha sido recorrido por los pasos de tu esencia, que llena los espacios de mi espacio.

Todas las noches tiemblo en espera del escape mortal. Muchas veces despierto con el cuerpo helado, tenso, inmóvil, porque el sueño ha creado para mí el angustioso esperar del próximo encuentro, y de las diversas sensaciones que me produces desde que me miras, me tocas, me posees; el paso cosquilleante de tu mano sobre mi piel, su peso indefinible, su temperatura. Sin embargo, siempre amanece. Estoy vivo y mi alma inútilmente se apresa y se perfecciona.

Hay días en que pienso que has desaparecido, que te has extraviado o que has muerto. Pero no hago nada para comprobarlo. Dejo siempre que el azar me vuelva a poner frente a ti, Quiero estar a tu lado y la vez huir. A veces el silencio de la noche me trae el eco de tus pasos, el susurro de tu respiración, el aroma de tu cuerpo, que he aprendido a percibir, aunque sé que son imperceptibles.

Muchos días no te encuentro, no sé si me has dejado o solo es parte de tu tortura. Cuando desapareces, me persigue el espanto de queme hallas cambiado, de que ya no necesites de mi como yo si de ti. He llegado a pensar también que acaso estoy siendo víctima de una superchería y que me hallo a merced de un falso ser . Tal vez el destino me ha engañado, haciéndome creer que existías y no era así, que todo pudo haber sido creado por mi cabeza.

Pero en realidad esto no tiene importancia, porque yo te he consagrado con la certeza de mi muerte aplazada. En las horas más agudas del insomnio, cuando me pierdo en conjeturas y nada me tranquiliza, suele visitarme tu recuerdo. Y vuelven a mi esas sensaciones, ese cosquilleo, el escalofríos y temblor, vuelves tu a mi!

Entonces, estremecida en mi temor, acorralada por la ausencia-presencia, recuerdo que en otro tiempo yo soñaba con…. y en su compañía???

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