domingo, 9 de mayo de 2010

Cronología del miedo (Leonardo Puente)

DIOS.

    Lunes.

Sigue la persecución sistemática de ese desconocido. Creo que es Dios. No sé cuándo empezó a encarcelarme. Desde el principio de mi vida tal vez, sin que yo me diera cuenta. Tanto peor.

    Martes.

Caminaba hoy tranquilamente por las calles y plazas. Noté de pronto que mis pasos se dirigían a lugares descostumbrados. Las calles parecían organizarse en laberinto, bajo los designios de Dios. Al final, me hallé en un callejón sin salida.

    Miércoles.

Mi vida está limitada en estrecha zona, dentro de un barrio mezquino. Inútil aventurarse más lejos. Dios me aguarda en todas las esquinas, dispuesto a bloquearme las grandes aventuras de fornicación gratas para mi cuerpo mas no para mi alma.

    Jueves.

De un momento a otro temo hallarme frente a frente y a solas con el Dios aunque no es mi enemigo, es mi mejor amigo. Encerrado en mi cuarto, ya para echarme en la cama, siento que me desnudo de cuerpo y alma bajo la mirada de Dios.

    Viernes.

Pasé todo el día en casa, incapaz de la menor actividad. Por la noche surgió a mí alrededor una tenue tentación. Cierta especie femenina me incitaba a unirme a su cuerpo, apenas más peligrosa que la pasión misma.

    Sábado.

Ahora desperté enrollado en un manto de pureza, que se adhiere a todo mi cuerpo. Sin atreverme a desgarrar sus ataduras, presentí que al desatarme surgirían nuevas ataduras que me aguardan.

Indudablemente, mi confinación a la castidad es obra de Dios, aunque no se lo reprocho.

    Domingo.

Empotrado en mi habitación, entro lentamente en forma de pájaro de fuego. Llenando la misma de una cálida briza. A nadie le aconsejo que me tome por bueno o por malo....

A nadie, naturalmente, salvo al propio Dios.

Juan José Arreola, “Autrui” , adaptación personal de Leo Puente

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