jueves, 13 de mayo de 2010

Cronología del miedo (Yuraine Barboza)

TRISTEZA

    Lunes.

Sigue la persecución sistemática de ese desconocido. Creo que se llama tristeza. No sé cuándo empezó a encarcelarme. Desde el principio de mi vida tal vez, sin que yo me diera cuenta. Tanto peor.

    Martes.

Caminaba hoy tranquilamente por las calles y plazas de mi vida. Noté de pronto que mis pasos se dirigían a lugares desacostumbrados de mi realidad. Las calles parecían organizarse en laberinto, bajo los designios de la tristeza. Al final, me hallé en un callejón sin salida.

    Miercoles.

Mi vida está limitada en estrecha zona, dentro de un barrio mezquino en donde siento siempre hambre . Inútil aventurarse más lejos. La tristeza me aguarda en todas las esquinas, dispuesta a bloquearme las grandes avenidas.

    Jueves.

De un momento a otro temo hallarme frente a frente y a solas con el recuerdo, mi enemigo. Encerrada en mi cuarto, ya para echarme en la cama, siento que me congelo bajo la mirada de la tristeza.

    Viernes.

Pasé todo el día en casa, incapaz de la menor actividad. Por la noche surgió a mi alrededor una tenue circunvalación. Cierta especie de anillo que me enmudecía y me obligaba a ir.

    Sábado.

Ahora desperté dentro de un cartucho hexagonal, no mayor que mi cuerpo. Sin atreverme a atacar los muros, presentí que detrás de ellos nuevos hexágonos me aguardan. Decidí tomar cartas en el asunto.

Indudablemente, mi confinación es obra de la tristeza.

    Domingo.

Empotrada en mi celda, entro lentamente en depresión. Mi boca emite dormidos sonidos, de engañosos re- flejos. A nadie le aconsejo pose su amor en mi.

A nadie, naturalmente, salvo al mi propio amor.

No hay comentarios: